El Cerro de las tres cruces, Oasis olvidado
Nos manifestamos en desacuerdo cuando algunas personas dicen que no hay a donde ir o que la única manera de encontrar tranquilidad sea yendo al bar de moda. No, la ciudad ofrece muchos espacios, lugares que comunican tranquilidad, armonía y encuentro con la naturaleza. Son lugares que se alejan de todo lo común, de lo rutinario y entregan así sea por unos instantes una salida a ese mundo saturado de obligaciones, de carros y de horarios, de uniformes y de formatos, de carreras y memorandos. El Cerro de las Tres Cruces es un lugar donde la convivencia con la naturaleza, la relajación y el aire limpio cumplen esa función desintoxicante que muchas personas anhelan, pero que no conocen, no sólo por la falta de información sino también porque entre sus llamados ratos de esparcimiento lo que tienen es una rutina más.
Un oasis, que no debería serlo, pues Medellín está conformado por decenas de estos sitios, esta ciudad no es un desierto, son muchos los lugares, pero el ruido es quien atrae a una sociedad que convive en el ruido, por eso estos sitios permanecen desolados, por ser tan tranquilos, sin embargo sí hay quienes los frecuentan, personas de todas las edades y condiciones, ya sea económicas, sociales o educativas. Pero a esto se le suma que hay gente que allí no convive, sino que viven en ese lugar haciendo de este sitio un santuario para quienes allí moran. Desafortunadamente también existen algunos pocos individuos que desaprovechan la oferta que la Pacha Mama les hace y sólo van a enturbiar ese remanso de paz, basuras, daños, fogatas, daños a los árboles, son algunas de las huellas que dejan algunos descuidados visitantes.
Ubicado en La Loma de los Bernal, en barrio Belén, permite entonces un fácil acercamiento, aunque debido al olvido de sus visitantes y seguramente de algunas entidades, el Cerro de las Tres Cruces presenta actualmente un deterioro debido a la deforestación, al ya mencionado maltrato por parte de algunos visitantes, al uso indebido de los espacios en cuanto a la apropiación para actividades deportivas y de recreación, la contaminación de las fuentes de agua y la inseguridad. Por ello se hace la invitación a acercarse a estos espacios teniendo en cuenta la retribución que él puede brindar a sus visitantes, que si bien se ofrece un lugar para salir de la cotidianidad, también el lugar necesita mantenerse bien para poder generar bienestar a todos.
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